domingo, 27 de diciembre de 2009

Cosmovision y Creencias Religiosas

"En este suelo habitan las estrellas.
En este cielo canta el agua de la imaginación.
Más allá de las nubes que surgen de estas aguas y de estos suelos nos sueñan los antepasados.
Su espíritu dicen es la luna.
El silencio su corazón que late."

Elicura Chihuailaf

(Poeta mapuche Contemporáneo)



Es complejo, en breves líneas, resumir la riqueza de la cosmovisión y religiosidad mapuche. Debemos citar a Foerster, quien señala "que posiblemente en Chile sean pocos los grupos o sectores que manifiestan con tanta claridad como los mapuches, que su identidad, su ser (inseparable de las condiciones de vida de la tierra (mapu), los animales, la naturaleza) se liga hasta confundirse con lo sagrado".2

Los mapuches actuales, han llegado a establecer una nueva dimensión de lo religioso en un sincretismo que inserta tanto la religión católica como los cultos evangélicos protestantes. La machi o shamán, es fundamental en la configuración de mitos y ritos mapuches. Es la mediadora entre el mundo natural y el sobrenatural. Con estos fines utiliza el kultrung, tambor ceremonial en el cual aparece representado simbólicamente el universo en cuatro partes, por medio de una cruz; en los cuadrantes superiores se representan figuraciones del cielo y en los inferiores de la tierra. Esta oposición cielo-tierra, equivaldría a la oposición masculino-femenino o a los ciclos de la naturaleza. El hombre mapuche se ubica en el centro del cosmos, donde convergen los cuatro puntos cardinales. Es la meli witran mapu (la tierra de las cuatro esquinas).

El cosmos mapuche además de esta ordenación cuatripartita, se estructura en un "arriba" y un "abajo". La región del cielo wenu mapu, está ocupada por conjunto de deidades que tiene a la cabeza a Ngnechen, rey o dueño de los hombres. Esta deidad es poseedora de atributos opuestos como masculino-femenino, viejo-joven.

Los astros también constituyen deidades como killen (la luna), weñelfe (el lucero del alba), wanglen (las estrellas); ellas influyen sobre la machi en sus rogativas. En estas se invoca a seres desaparecidos de importancia.

El ordenamiento del universo y de todos los seres, ha otorgado a éste un carácter mítico. Hay dos puntos cardinales relacionados con el bien: el sur y el oriente; el norte y el este, se consideran negativos.

Pillan es una deidad propia del oriente, que vive tras las montañas. El oriente no es solo el lugar donde nace el sol, la luna o las estrellas, sino representa el sitio desde donde emanan todos los poderes y las fuerzas capaces de asegurar la vida. Su invocación es lo fundamental en el ascenso hacia el mundo sacro. La ruka debe orientarse hacia ese punto, también la machi orienta el rewe en ese sentido.

Los puntos norte y oeste, se identifican en un sentido negativo; el primero por la procedencia de los vientos portadores del mal tiempo. El poniente es el punto en que muere el sol y van a reposar los difuntos.

El inframundo nag mapu (opuesto a wenu mapu), es el lugar del mal y de las fuerzas ocultas. Su color simbólico es el negro (kuri). En este sitio viven los weküfe seres de las tinieblas. Sin embargo, kuri como color simboliza lo fuerte y lo poderoso.

El cristianismo ha generado numerosos cambios en las creencias mapuches, volcándolos hacia el monoteísmo. Hoy se designa al Ser Supremo como Padre Dios (Chau - Dios), creador y dueño de los hombres y del universo. Identificándose a Pillan, más como un demonio que una deidad benéfica.



ALGUNAS CEREMONIAS

En muchas de las ceremonias rituales mapuches y de acuerdo a la cosmovisión, se persigue la compensación de las fuerzas del bien (Ngnechen) con las del mal (weküfe). El primero significa vida y construcción, el segundo destrucción y muerte.

Entre las más destacadas, cabe señalar al nguillatun, ceremonia de rogativa, el machitun, ritual de sanación, el wentripantu o celebración del Año Nuevo, el día del solsticio de invierno, se podrían considerar también los ritos funerarios y de iniciación.

Para el nguillatun, se necesita un lugar especialmente dispuesto para este fin. En su centro se instala el rewe y a su alrededor los participantes. Dura un mínimo de dos días y un máximo de cuatro. En algunas zonas de la Araucanía se realizan cada dos, tres o cuatro años, según las necesidades. La rogativa es por diversos motivos: el clima, las cosechas, para evitar las enfermedades o para lograr la abundancia de alimentos. Durante la ceremonia se realizan bailes acompañados de diversas oraciones. Además se sacrifica un animal, generalmente un cordero, por el ngepin que es el director del rito. Luego la sangre del animal se asperja o se reparte a los invitados, ofreciéndose a los participantes la bebida ritual llamada muday (maíz fermentado). El cuerpo del animal sacrificado puede ser completamente quemado en un fogón para ser consumido.

La machi en esta ceremonia aparece como una auxiliar del oficiante y entre los sones de su kultrung canta:

"Te rogamos que llueva para que produzcan las siembras, para que tengamos animales.

"Que llueve" diga usted Hombre Grande cabeza de Oro y usted. Mujer Grande rogamos a las dos grandes y antiguas personas."3

El machitun, es un rito de sanación que fue descrito ya en el siglo XVI por Pineda y Bascuñan en su obra El Cautiverio Feliz. Es una ceremonia propiamente de la machi y que consta fundamentalmente de tres partes:

El diagnóstico de la enfermedad.
su expulsión.
Una revelación sobrenatural sobre esta sanación.4

En ella la machi realiza exámenes relativos a ciertos síntomas, evidencias del enfermo o por signos misteriosos que observaron éste o sus parientes; se supone que también podría haber sido contagiado un animal que se examina. También se hace el diagnóstico por revelación del más allá.

En la totalidad de este contexto, son importante los instrumentos utilizados por la machi. En esta como en otras ceremonias, utiliza el kultrung y hace uso del rewe, subiéndose a él y explicitando el viaje de su alma a la tierra de arriba.

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